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La psicóloga Clara Coria analiza los mitos femeninos y su relación con la mujer actual. Qué separa hoy a los hombres de la mujeres
Las mujeres han hecho cambios importantes en las últimas décadas, que no fueron acompañados al mismo ritmo por los hombres. Esto hace persistir ideas falsas que conspiran contra la salud del amor. Hombres que buscan mujeres "modernas" pero reclaman luego roles tradicionales y mujeres que tratan a sus parejas como si fueran sus madres, porque han sido educadas en la idea de que sólo se es femenina si se actúa siempre maternalmente, son algunos de los síntomas que revelan funcionamientos poco satisfactorios e inequitativos.
El análisis –publicado por el portal Web Mujer Actual- corresponde a la psicóloga Clara Coria, docente de postrado en universidades nacionales y extranjeras, miembro de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo y autora de libros como "El sexo oculto del dinero" y "El dinero en la pareja", de gran repercusión. Su último título, recién publicado, es "El amor no es como nos contaron" (Paidós). Hay una frase que se escucha, entre descriptiva y quejosa, entre las mujeres: "Ya no hay hombres". ¿Realmente ya no hay hombres dispuestos a armar parejas?
Esa frase revela muchas cosas. Sobre todo, las dificultades que tienen los hombres para hacer los cambios que los tiempos actuales van obligando. Las mujeres se han independizado, han logrado ciertos grados de autonomía; se han acostumbrado a ser más respetadas, a no aguantar cualquier cosa por amor, ni con tal de estar acompañadas. Y me parece que los hombres no han sabido acompañar esos cambios. No dudo de que muchos hombres están confundidos: esperan tener mujeres "modernas", independientes, activas y que los acompañen en todas sus aventuras, pero siguen reclamando los roles de las mujeres tradicionales.
Entonces, creo que una de las razones por las cuales las mujeres dicen, a veces, que no encuentran hombres, es porque los hombres que encuentran todavía están demasiado apegados a los roles tradicionales y, por lo tanto, a sus privilegios.
Si hay privilegios, la pareja no es entonces un lugar de simetría ni de democracia.
Nuestra sociedad, la judeocristiana -y le diría que la mayoría de las sociedades-, no está muy acostumbrada a modelos democráticos. Ni en la política, ni en la economía, ni en la religión, ni en el conocimiento. Y menos todavía en la familia y en la pareja. Los modelos democráticos escasean y cuando aparecen lo hacen más en la teoría que en la práctica. Muchas veces hemos visto varones que se consideraban progresistas y que adherían a modelos políticos más equitativos, que, cuando volvían a la casa, reclamaban de las mujeres roles tradicionales y se seguían colocando en el lugar de la autoridad.
Si la pareja no suele ser democrática, tampoco es idílica e implica costos. ¿Cuáles debieran ser pagados y cuáles no?
Hay que revisar los mitos que tenemos sobre el amor y que las mujeres tienen bastante más incorporados que los hombres. Las mujeres arrastran la tradición de que por amor se hace cualquier cosa; se es incondicional, se sostiene la carrera de otros, se toleran maltratos... Cuando uno pone en cuestión esos mitos, se atreve a revisar los costos. Un vínculo de subordinación de cualquier tipo -sea la mujer la que se subordine o sea el varón- propone un modelo muy deteriorante para el amor y para cualquier otro tipo de vínculo.
Es un autoengaño creer que algunas cosas no tienen costos. Que aguantar no tiene costo, que el desarmar una pareja insalubre no tiene costos, que soportar maltratos o insatisfacciones no tiene costos. Como todo tiene costos, es importante decidir cuáles vamos a pagar y cuáles no, porque de pagar no zafamos.
Fuente: Web Mujer Acutal

La psicóloga Clara Coria analiza los mitos femeninos y su relación con la mujer actual. Qué separa hoy a los hombres de la mujeres
Las mujeres han hecho cambios importantes en las últimas décadas, que no fueron acompañados al mismo ritmo por los hombres. Esto hace persistir ideas falsas que conspiran contra la salud del amor. Hombres que buscan mujeres "modernas" pero reclaman luego roles tradicionales y mujeres que tratan a sus parejas como si fueran sus madres, porque han sido educadas en la idea de que sólo se es femenina si se actúa siempre maternalmente, son algunos de los síntomas que revelan funcionamientos poco satisfactorios e inequitativos.
El análisis –publicado por el portal Web Mujer Actual- corresponde a la psicóloga Clara Coria, docente de postrado en universidades nacionales y extranjeras, miembro de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo y autora de libros como "El sexo oculto del dinero" y "El dinero en la pareja", de gran repercusión. Su último título, recién publicado, es "El amor no es como nos contaron" (Paidós). Hay una frase que se escucha, entre descriptiva y quejosa, entre las mujeres: "Ya no hay hombres". ¿Realmente ya no hay hombres dispuestos a armar parejas?
Esa frase revela muchas cosas. Sobre todo, las dificultades que tienen los hombres para hacer los cambios que los tiempos actuales van obligando. Las mujeres se han independizado, han logrado ciertos grados de autonomía; se han acostumbrado a ser más respetadas, a no aguantar cualquier cosa por amor, ni con tal de estar acompañadas. Y me parece que los hombres no han sabido acompañar esos cambios. No dudo de que muchos hombres están confundidos: esperan tener mujeres "modernas", independientes, activas y que los acompañen en todas sus aventuras, pero siguen reclamando los roles de las mujeres tradicionales.
Entonces, creo que una de las razones por las cuales las mujeres dicen, a veces, que no encuentran hombres, es porque los hombres que encuentran todavía están demasiado apegados a los roles tradicionales y, por lo tanto, a sus privilegios.
Si hay privilegios, la pareja no es entonces un lugar de simetría ni de democracia.
Nuestra sociedad, la judeocristiana -y le diría que la mayoría de las sociedades-, no está muy acostumbrada a modelos democráticos. Ni en la política, ni en la economía, ni en la religión, ni en el conocimiento. Y menos todavía en la familia y en la pareja. Los modelos democráticos escasean y cuando aparecen lo hacen más en la teoría que en la práctica. Muchas veces hemos visto varones que se consideraban progresistas y que adherían a modelos políticos más equitativos, que, cuando volvían a la casa, reclamaban de las mujeres roles tradicionales y se seguían colocando en el lugar de la autoridad.
Si la pareja no suele ser democrática, tampoco es idílica e implica costos. ¿Cuáles debieran ser pagados y cuáles no?
Hay que revisar los mitos que tenemos sobre el amor y que las mujeres tienen bastante más incorporados que los hombres. Las mujeres arrastran la tradición de que por amor se hace cualquier cosa; se es incondicional, se sostiene la carrera de otros, se toleran maltratos... Cuando uno pone en cuestión esos mitos, se atreve a revisar los costos. Un vínculo de subordinación de cualquier tipo -sea la mujer la que se subordine o sea el varón- propone un modelo muy deteriorante para el amor y para cualquier otro tipo de vínculo.
Es un autoengaño creer que algunas cosas no tienen costos. Que aguantar no tiene costo, que el desarmar una pareja insalubre no tiene costos, que soportar maltratos o insatisfacciones no tiene costos. Como todo tiene costos, es importante decidir cuáles vamos a pagar y cuáles no, porque de pagar no zafamos.
Fuente: Web Mujer Acutal
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ANTICONCECEPCIÒN FEMENINA
Tanto hombres como mujeres deben estar informado de los diferentes métodos anticonceptivos que existen para cada uno, y utilizar el que mejor les favorezca dependiendo de las necesidades que posean de querer ser padres y decidir cuándo lo serán.
No existe un método anticonceptivo 100% seguro, pues todos poseen un riesgo si no se utiliza adecuadamente. Algunos métodos funcionan mejor que otros.
Los preservativos o condón son los únicos que además de prevenir un embarazo no deseado, impiden la transmisión de enfermedades venéreas.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS EXCLUSIVAMENTE PARA ELLAS:
Preservativo femenino:
Este es un método de barrera. En su uso evita que el esperma se introduzca al cuerpo de la mujer, pues no existe contacto directo.
Es muy reciente su uso, pues fue aprobado en el año de 1993, el producto de se llama Reality en los Estados Unidos y se conoce con otros nombres en el resto del mundo, como Femidom y Care Contraceptive Sheath. La Medtech Company está actualmente desarrollando otro condón femenino.
El condón femenino está hecho de poliuretano. Es una bolsita suave y delgada, con dos anillos flexibles en cada extremo. El anillo del lado cerrado se usa para insertar el condón en la vagina y lo mantiene en su lugar. El anillo exterior queda fuera y cubre parte de los órganos genitales externos.
En las pruebas de laboratorio los condones femeninos de poliuretano han probado ser impermeables al semen y los organismos infecciosos, incluido el VIH.
Puede insertarse 8 horas antes del contacto sexual. Los condones femeninos tienen una eficacia del 79 al 95% en la prevención del embarazo.
Se puede usar solo una vez al igual que el preservativo masculino.
Diafragma:
Este también es un método de barrera en el que su funcionamiento consiste en bloquear el esperma para evitar que llegue al óvulo. Hay de diferentes tamaños por lo que se precisa de la accesoria de un médico para encontrar el adecuado.
Se utiliza antes del contacto, junto con un espermicida y se coloca dentro de la vagina cubriendo el cuello del útero.
Su eficacia en mujeres que aún no han tenido hijos de de un 80 a 94% en la prevención del embarazo, y en las que si, del 60% al 80%.
Dispositivo intrauterino (D.I.U.):
Este se introduce en el interior del útero.
Existen de dos diferentes tipos: La T de cobre y la T Progestasert. La primer puede usarse un promedio de 6 a 8 años como método anticonceptivo y su eficacia es de un 99% en la prevención de embarazos, el segundo solamente puede permanecer en el útero 1 año y su efectividad es de un 97%.
Ambos tienen una forma de “T” y es necesario que sea el ginecólogo quien la coloca. El DIU libera una pequeña cantidad de hormona que evita que la mujer quede embarazada. Las extremidades de la T de cobre contienen cierta cantidad de cobre, el cual detiene la fertilización al evitar que el esperma se abra paso por el útero y llegue a las trompas de Falopio.
La píldora anticonceptiva:
Estas son píldoras que contienen hormonas de estrógeno y progestina. Se toma una píldora diaria por 21 días para evitar que los ovarios liberen óvulos, después se hace una pausa de siete días (en el que debe tener el periodo o menstruación) y se inicia un nuevo paquete. Si se toma correctamente, la píldora tiene una eficacia del 95 al 99.9% en la prevención del embarazo.
Al tomarlas deja de mandar ordenes al ovario para que este produzcan estas hormonas, por lo que el ovario queda en reposo y no hay ovulación, por tanto no puede haber fecundación, lo que hace imposible el embarazo.

Tanto hombres como mujeres deben estar informado de los diferentes métodos anticonceptivos que existen para cada uno, y utilizar el que mejor les favorezca dependiendo de las necesidades que posean de querer ser padres y decidir cuándo lo serán.
No existe un método anticonceptivo 100% seguro, pues todos poseen un riesgo si no se utiliza adecuadamente. Algunos métodos funcionan mejor que otros.
Los preservativos o condón son los únicos que además de prevenir un embarazo no deseado, impiden la transmisión de enfermedades venéreas.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS EXCLUSIVAMENTE PARA ELLAS:
Preservativo femenino:
Este es un método de barrera. En su uso evita que el esperma se introduzca al cuerpo de la mujer, pues no existe contacto directo.
Es muy reciente su uso, pues fue aprobado en el año de 1993, el producto de se llama Reality en los Estados Unidos y se conoce con otros nombres en el resto del mundo, como Femidom y Care Contraceptive Sheath. La Medtech Company está actualmente desarrollando otro condón femenino.
El condón femenino está hecho de poliuretano. Es una bolsita suave y delgada, con dos anillos flexibles en cada extremo. El anillo del lado cerrado se usa para insertar el condón en la vagina y lo mantiene en su lugar. El anillo exterior queda fuera y cubre parte de los órganos genitales externos.
En las pruebas de laboratorio los condones femeninos de poliuretano han probado ser impermeables al semen y los organismos infecciosos, incluido el VIH.
Puede insertarse 8 horas antes del contacto sexual. Los condones femeninos tienen una eficacia del 79 al 95% en la prevención del embarazo.
Se puede usar solo una vez al igual que el preservativo masculino.
Diafragma:
Este también es un método de barrera en el que su funcionamiento consiste en bloquear el esperma para evitar que llegue al óvulo. Hay de diferentes tamaños por lo que se precisa de la accesoria de un médico para encontrar el adecuado.
Se utiliza antes del contacto, junto con un espermicida y se coloca dentro de la vagina cubriendo el cuello del útero.
Su eficacia en mujeres que aún no han tenido hijos de de un 80 a 94% en la prevención del embarazo, y en las que si, del 60% al 80%.
Dispositivo intrauterino (D.I.U.):
Este se introduce en el interior del útero.
Existen de dos diferentes tipos: La T de cobre y la T Progestasert. La primer puede usarse un promedio de 6 a 8 años como método anticonceptivo y su eficacia es de un 99% en la prevención de embarazos, el segundo solamente puede permanecer en el útero 1 año y su efectividad es de un 97%.
Ambos tienen una forma de “T” y es necesario que sea el ginecólogo quien la coloca. El DIU libera una pequeña cantidad de hormona que evita que la mujer quede embarazada. Las extremidades de la T de cobre contienen cierta cantidad de cobre, el cual detiene la fertilización al evitar que el esperma se abra paso por el útero y llegue a las trompas de Falopio.
La píldora anticonceptiva:
Estas son píldoras que contienen hormonas de estrógeno y progestina. Se toma una píldora diaria por 21 días para evitar que los ovarios liberen óvulos, después se hace una pausa de siete días (en el que debe tener el periodo o menstruación) y se inicia un nuevo paquete. Si se toma correctamente, la píldora tiene una eficacia del 95 al 99.9% en la prevención del embarazo.
Al tomarlas deja de mandar ordenes al ovario para que este produzcan estas hormonas, por lo que el ovario queda en reposo y no hay ovulación, por tanto no puede haber fecundación, lo que hace imposible el embarazo.
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